NO QUEDA NADA...PERO QUEDA TODO
Bueno, aprovecho que llega el fin de año para retomar el blog. Creo que en esta ocasión me voy a poner melodramática, aunque intentaré que no.
Ha sido un año duro, intenso, al que realmente no sé como he podido sobrevivir. Supongo que en gran parte ha sido gracias a V. Le agradezco un montón toda su ayuda. Cuando crees que no puedes con tu vida, lo mejor es pedir ayuda. Hice bien pidiéndosela a ella.
Estoy realmente feliz de poder seguir aquí, porque en más de una ocasión, pensé que iba a dejar todo atrás y convertirme en un cuerpo sin vida. He vivido auténticos desastres que no sabía cómo iba a solucionar. Pero ha pasado todo lo malo. Ha pasado. Ya solo hay recuerdos de aquella vida de sufrimiento. A veces me siguen atormentando, pero cada vez menos,
He cambiado, porque me he dado cuenta de que hay cosas por las que vivir, hay razones por las que seguir adelante. He visto que las malas situaciones, si uno quiere, se pueden solucionar. Solo hay que poner voluntad y buena cara al mal tiempo. No es tan difícil si te mentalizas de que poner mala cara no sirve de nada. Si algo va mal, revolcarse en el remordimiento y la miseria no harán para nada que se solucione. Yo quería ser feliz, pero no lo estaba haciendo bien. Ahora sí, porque es así como me siento, feliz. Me siento en paz, gracias a la música, a la buena literatura, a la meditación, al café, a los paseos por Madrid y por el pueblo con J, y también lo soy por la gente que me rodea, la que conservo y a la que, sin que lo sepan demasiado porque no sé expresarlo del todo bien, agradezco profundamente su acompañamiento.
Con esto, quiero deciros queridos lectores, que por muy mal que estén las cosas, uno al final puede ser feliz. Pero ello, depende de uno mismo. Os animo a que lo seáis, o, al menos, a que lo intentéis. Porque el intento ya es algo, el intento, al final, se transforma en éxito. No perdéis nada por probar a intentarlo. Así que, a por ello. Comeos el mundo, demostrad que estáis en él. Porque solo vivimos una vez, y no es cuestión de desperdiciar esta oportunidad.
No queda nada de año, pero aún nos queda toda la vida.
Ha sido un año duro, intenso, al que realmente no sé como he podido sobrevivir. Supongo que en gran parte ha sido gracias a V. Le agradezco un montón toda su ayuda. Cuando crees que no puedes con tu vida, lo mejor es pedir ayuda. Hice bien pidiéndosela a ella.
Estoy realmente feliz de poder seguir aquí, porque en más de una ocasión, pensé que iba a dejar todo atrás y convertirme en un cuerpo sin vida. He vivido auténticos desastres que no sabía cómo iba a solucionar. Pero ha pasado todo lo malo. Ha pasado. Ya solo hay recuerdos de aquella vida de sufrimiento. A veces me siguen atormentando, pero cada vez menos,
He cambiado, porque me he dado cuenta de que hay cosas por las que vivir, hay razones por las que seguir adelante. He visto que las malas situaciones, si uno quiere, se pueden solucionar. Solo hay que poner voluntad y buena cara al mal tiempo. No es tan difícil si te mentalizas de que poner mala cara no sirve de nada. Si algo va mal, revolcarse en el remordimiento y la miseria no harán para nada que se solucione. Yo quería ser feliz, pero no lo estaba haciendo bien. Ahora sí, porque es así como me siento, feliz. Me siento en paz, gracias a la música, a la buena literatura, a la meditación, al café, a los paseos por Madrid y por el pueblo con J, y también lo soy por la gente que me rodea, la que conservo y a la que, sin que lo sepan demasiado porque no sé expresarlo del todo bien, agradezco profundamente su acompañamiento.
Con esto, quiero deciros queridos lectores, que por muy mal que estén las cosas, uno al final puede ser feliz. Pero ello, depende de uno mismo. Os animo a que lo seáis, o, al menos, a que lo intentéis. Porque el intento ya es algo, el intento, al final, se transforma en éxito. No perdéis nada por probar a intentarlo. Así que, a por ello. Comeos el mundo, demostrad que estáis en él. Porque solo vivimos una vez, y no es cuestión de desperdiciar esta oportunidad.
No queda nada de año, pero aún nos queda toda la vida.
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